No importa que tan genial seas, como ser humano inevitablemente cometerás errores, en especial dentro del mundo del emprendimiento. Si pudiéramos viajar en el tiempo y advertir a nuestro yo del pasado de los terribles errores que cometeremos en el futuro, seria de gran ayuda, ¿verdad?
La mayoría las personas que se lanzan a emprender, no tienen mayores dificultades al momento de establecer metas u objetivos. El problema surge una vez que ya te encuentras recorriendo el camino, cuando la realidad contrasta fuertemente con tus expectativas y te das cuenta de que el camino tenía muchos más obstáculos de los que pensabas.
A continuación, te dejamos un listado con algunos de los errores más comunes a la hora de emprender. Nunca es tarde para reconocerlos, de manera que puedas evitarlos o amortiguar el impacto cuando llegue el momento.
1. No planificar lo suficiente
Es muy común al momento de emprender el dejarse llevar por la emoción y amor hacia nuestros proyectos. El problema es que esto amplifica notablemente nuestros sesgos y nos hace subestimar o sobrestimar la planificación necesaria para maximizar nuestras probabilidades de éxito.
Es tal y como lo dijo Bill Gates: «Las personas sobreestiman lo que pueden conseguir en un año y subestiman lo que pueden lograr en diez.»
Una preparación que contemple los aspectos más críticos e importantes de tu proyecto, es la piedra angular que debes colocar antes de poner en marcha tu nuevo negocio, esto te permitirá avanzar de forma sostenible y hará que los obstáculos que encuentres en el camino sean mucho más fáciles de enfrentar.
2. Falta de comunicación con el entorno
Hoy más que nunca es necesario que tu marca se comunique, conecte e interactúe de forma transparente y genuina con tu público objetivo. ¿Cómo vas a conocer los problemas y necesidades que enfrenta tu público objetivo si no te comunicas?
Las marcas ya no pueden permanecer en silencio, deben tomar una posición determinada en cuanto a su ética, valores y principios. Si no estás presente en los canales y redes sociales adecuadas, no lograrás crecer en el mundo moderno, ni llegar a un mayor número de potenciales clientes o seguidores.
No olvides preparar un sitio web adecuado y también de consolidar tu presencia en aquellos canales donde puedes encontrar a tu público objetivo.
3. Tratar de hacerlo todo por tu cuenta
Son muchas las personas que deciden realizar sus emprendimientos en solitario, lo cual suele ser una tarea mucho más grande de lo que una sola persona puede abarcar.
Si bien, sacar a flote un proyecto empresarial en solitario no es completamente imposible, si representa un desafío mucho más complejo cuando planeas hacerlo todo por tu cuenta.
Si vas a adoptar el camino solitario, ya sea debido a la falta de recursos u otro aspecto, asegúrate de que realmente puedes abarcar la carga de trabajo y cumplir con las operaciones de tu negocio.
Adicionalmente, debes estar plenamente consciente de que en solitario avanzarás muchísimo con menor velocidad, y por lo, tanto el crecimiento de tu negocio será más lento, ya que el costo de oportunidad que no estás pagando con dinero, lo estás pagando directamente con tu tiempo.
4. Caer en una parálisis por indecisión o inactividad
Genial, ya tienes tu plan. Si bien la paciencia es una virtud clave para levantar cualquier negocio, lo importante ahora es no caer en el otro extremo del espectro y tardar demasiado en actuar.
Ya sea producto de la indecisión, la incertidumbre o el miedo al fracaso, evita retrasar la puesta en marcha, no olvides que el mundo cambia a gran velocidad, y lo que hoy puede ser una magnífica idea, mañana podría ya no serlo. A veces, lo único que necesitamos es simplemente dar el primer paso, confía en tu plan, tus habilidades y avanza.
5. Exceso de resistencia al cambio
La alta velocidad con la cual evolucionan los mercados, requiere que las empresas se adapten a estos cambios de manera rápida y constante. Suena bonito en papel, pero es un desafío que se vuelve más y más complejo conforme crece el número de personas que forman parte de una organización.
Una empresa extremadamente rígida está condenada a fallar en el mundo moderno, y la cura es abrirse a nuevas ideas, las cuales, por desgracia, pueden hacernos sentir incomodidad, ya que nos aleja de nuestra zona de confort, nos hace perder cierto grado de control sobre nuestras decisiones y nos sumerge en lo desconocido.
Para crear un negocio que perdure en el tiempo, es necesario dejar atrás el miedo excesivo, abrir nuestra mente y mirar los cambios como una oportunidad invaluable.
6. Exceso de procrastinación y falta de responsabilidad
Caer en un exceso de procrastinación es algo muy común en aquellas personas que emprenden o trabajan por cuenta propia por primera vez, y es un enemigo que deberás superar si quieres tener éxito en el mundo del emprendimiento.
Es recomendable que lleves un control estricto de todas las actividades que realices, y te enfoques en gestionar adecuadamente tus tiempos utilizando calendarios, listas de tareas, u otras herramientas para la gestión de proyectos.
Tener tu propio negocio requiere de mucha responsabilidad y disciplina, recuerda que ya no hay quien te obligue a trabajar, ni a cumplir objetivos en un tiempo determinado, por lo cual tendrás que comenzar a controlar mejor tus tiempos para evitar convertirte en el cuello de botella de tu propio negocio.
7. Asociarse con la persona incorrecta
Las asociaciones son comunes en el mundo empresarial y son bastante recomendables. El problema surge cuando te das cuenta de que la persona con la cual te has asociado no calza contigo ni con tu negocio.
Asociarse con la persona incorrecta no solo puede causar un mar de problemas en tu negocio, sino que también puede afectar otras esferas de tu vida, en especial cuando se trata de una sociedad que involucra a familiares o amistades.
Para saber si realmente te estás asociando con la persona correcta, lo primero que debes entender es que al igual que en cualquier relación entre humanos, los conflictos son inevitables, por lo cual, es de vital importancia dejar claras las reglas del juego desde el primer día, y si no logran un mutuo acuerdo, lo mejor es buscar en otro lado.
8. No invertir lo suficiente acorde a tu proyecto e industria
A menos de que goces de una excelente situación socioeconómica, el dinero será uno de tus principales dolores de cabeza al tratar de sacar a flote tus proyectos de negocio, en especial en aquellas ideas cuya barrera de entrada exige una alta inversión, como lo es la compra propiedades o la inversión en infraestructura, por dar un par de ejemplos.
Lo más probable es que tengas muy poco dinero para gastar, y esa escasez de recursos puede llevarte a sufrir un miedo excesivo a arriesgarlo. Por otro lado, quienes si gozan de recursos podrían terminar en el extremo opuesto, y caer en políticas financieras destructivas, desperdiciando el dinero.
Lo mejor en estos casos, es evitar los extremos. Invierte lo suficiente como para ver resultados concretos y evita políticas financieras que incentiven al despilfarro de dinero.
9. Priorizar tu producto o servicio por sobre las personas
Como emprendedores, es normal enamorarnos de nuestro producto o servicio, en especial cuando nuestras ideas generan resultados económicos claramente visibles.
Si bien, esto es excelente desde un punto de vista motivacional, ya que hemos sido capaces de confirmar la viabilidad económica de nuestra idea de negocio, puede llevarnos a tomar pésimas decisiones cuando estamos preocupados de generar dinero para pagar nuestras cuentas u otros compromisos.
Una de las peores, es la de no medir la satisfacción de los clientes en el corto y largo plazo. Es decir, priorizamos la realización de acciones, que si bien, permiten generar ingresos en el corto plazo, son absurdamente destructivas en el largo plazo, evitando generar relaciones duraderas y de confianza con tu público objetivo.
No olvides crear un modelo de negocio sostenible en el largo plazo, y que también considere la experiencia, sentimientos y emociones de todas aquellas personas que interactúan con tu marca, producto o servicio.
10. Contratar cuando no es el momento correcto
Ya hemos discutido lo difícil que puede ser sacar a flote un proyecto de negocio en solitario. Sin embargo, el otro extremo también puede ser un problema, y contratar a alguien al experimentar un aumento en la demanda y carga de trabajo puede ser un terrible error si no sabes lo que estás haciendo.
Por ejemplo, si tus recursos son bastante limitados, contratas a un grupo de personas y cae la demanda por tu producto o servicio, tendrás que pagar sus sueldos apoyándote en ingresos menores a lo esperado, lo cual puede meterte en serios problemas.
Una manera de minimizar este riesgo, es asegurarse de que el aumento de la demanda es sostenida en el tiempo y no un simple golpe de suerte en un mes específico o un efecto de la estacionalidad que suele repetirse año tras año.
En Conclusión
El camino del emprendimiento no es para nada fácil, en especial cuando los recursos son extremadamente limitados. Muchos errores en el camino serán inevitables, y una gran lección para el resto de tu vida.
Lo importante es minimizar los posibles errores lo más que puedas, aprender de las experiencias de otras personas y forjar tu camino al éxito paso a paso.